Medea murió en Corinto

Obra que se sitúa frente a toda tradición misógina de Grecia, ya que a veces esa literatura amplifica el temor del varón griego a las mujeres, Medea.
Autor Antonio Jiménez Casero
Fecha de edición Mayo 2023
Nº de páginas 406 páginas
Médidas 155 x 215
Acabado 300 gr. con solapas.
ISBN 978-84-125832-8-1
Género Novela clásica reformulada

 

19,50

Descripción

Medea murió en Corinto es una obra de Antonio Jiménez Casero que se sitúa frente a toda tradición misógina de Grecia, ya que de esa literatura, que en ocasiones amplifica el temor del varón griego a las mujeres, Medea es la cima inalcanzable. Ella es la advertencia de los varones griegos a la mujeres que aspiran a una mayor independencia. Porque la culpa primigenia de Medea es que ella piensa como un hombre. Tres señales les dio de esa actitud.

  • Elige al varón con el que quiere compartir su vida y le hace prometer fidelidad eterna. ¿Qué griega en sus cabales haría eso? Una griega decente toma su dote y encamina sus pasos a la casa del esposo que su familia eligió para ella.
  • No acepta que su marido al repudie y se rebela. Buenas pruebas dejó de sus despecho y de su cólera. ¿Qué varón griego aceptaría con sumisión ser repudiado por su esposa y que ella eligiera un nuevo compañero más poderosos más joven o más rico? Empuñaría su espada y tomaría venganza. Y la ciudad aplaudiría su decisión.
  • Reclama compartir con Jasón la patria potestad; le discute al varón la propiedad de los hijos. Hasta tal punto que llega a arrebatarles la vida, según la versión que nos llegó. Y sólo al varón —o a la ciudad, según nos cuentan de las costumbres espartanas— le está permitida esa crueldad, sin que sufra por ello consecuencias.

Pero esta mujer colérica y malvada no es, afortunadamente, griega. Ella es una bruja apasionada, salvaje y extranjera.

Antonio Jiménez afirmó con rotundidad: A pesar de nuestros esfuerzos por educar en la igualdad, aun damos culto a esa tragedia griega, misógina y pedagógica. Y en buena hora, porque es una de las cimas literarias de la antigüedad; pero que convienen contextualizar y no sacralizar su mensaje.

Kión de Yolko, un poeta jorobado y cojo, que conoce bien la vida de Medea, sabe que la que ha llegado hasta nosotros es absolutamente falsa. De paso, este Kión de Yolko nos desvela que el mito está lleno de mentiras urdidas hábilmente. Las mismas mentiras que tejen los asesores de imagen de nuestros prohombres de la política y las finanzas.  Kión de Yolco no nos habla sólo de la Grecia Antigua. Con la mirada adecuada podremos describir que nos plantea eternos, y por tanto, actuales.

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