Novedades editoriales final 2018 25 julio 2018 – Publicado en: novedades

En la última recta final del año tenemos varias novedades que lanzaremos. Se puede decir que este año 2018 ha sido un nuevo “recomenzar” por el hecho de modificar la arquitectura fiscal y el nombre de la editorial. Este cambio ha sido óptimo ya que nuestros pilares actuales que determinarán nuestro catálogo son la narrativa actual y humanística.

Nuestras novedades para estos meses son:

El morador imsomne, Premio «Felipe Trigo» de novela en 1988 de Antonio Jiménez Casero, que lanzaremos en septiembre. Esta edición corregida y ampliada por el autor, es literatura en estado puro; literatura de largo recorrido. Magnífico retrato humano de la España rural de la preguerra, la guerra y la postguerra civil. El núcleo argumental gira en torno al deterioro del poder heredado, carcomido por la propia inadaptación a los cambios históricos, y al deterioro de una sociedad anacrónica.

El morador insomne rescata para nosotros unos sucesos miserables de imposición y arbitrariedad en los que el de arriba aplasta al de abajo por la fuerza sorda de la violencia; un portentoso prodigio de resurrección y santidad en la figura de una madre-virgen paridora de ocho hijos sin futuro; una lucha de poderes en la que asistimos al silencio del Altísimo, impasible ante la injusticia, o quizás actuando a su manera indescifrable: enviando la sequía y el hambre; castigando de insomnio a los impíos, a quienes, aun ejerciendo de dioses, no son sino sus segundos; o rescatando de la muerte a los inocentes porque «a los tontos los cuida Dios con miramiento en compensación por entregarlos al mundo sin malicia».


Otra novedad que lanzaremos en octubre será Al Margen, del finalista del premio Nadal del año 1984, Telmo Herrera. Una obra exquisita, un protagonista misántropo y ensimismado que va cediendo terreno a la imagen de un curioso y preocupado por ese “acontecimiento” como es el amor, como algo fuera de nuestro alcance, a veces a evitar.

De La Torre, un provocador visceral, que a pesar de todo, es invitado a una reunión de amigos a las orillas del Sena, frente a Nôtre Dame de Paris. Allí conoce a Clara, Aurora, Violeta, Sandra… Las provocaciones o indecencias en vez de afrontarlas, les inclina a seguirle la corriente, no solo eso, cada uno de los asistentes lanza sus provocaciones o preguntas que nunca se hubieran permitido formular en una reunión formal. Se habla de incestos, de amores prohibidos, clandestinos, de deslices amorosos, no de infidelidad; Expresión que todo el grupo por unanimidad la rechazan, desliz amoroso les parece la expresión más adecuada. Al final de la reunión Clara decide volver a ver a De La Torre. Una vez juntos, evocan lo que había pasado junto al Sena aquel caluroso mes de julio, el día más ardiente, según dicen, del siglo XX.

“Para qué hacer el amor si ya se ama, se debería hacer el amor para llegar a amar, palpar el “alma” y, al llegar a “ella”, viajar a otra dimensión pero hacer el amor por hacer el amor, no hay interés alguno, sí, el gusto por el gusto, agradable, pero inconcluso”. El gusto por el gusto destroza la primera maravilla del mundo, hacer al amor como se debe hacer el amor. El amor, como yo lo concibo –seguía diciendo De la Torre–, sin ser divino, es algo superior, hay que alcanzarlo, merecerlo inteligentemente se lo consigue. Para provocar aún más –sonreía–, cuando siento que me estoy enamorando como una bestia huyo sin regresar a ver siquiera dejando a la fiera que corra detrás de mí, pisándome los talones, sintiendo el hálito del deseo en la nuca, si tropiezo caeré sobre su cuerpo en entrega. Una vez más me dejaría devorar por la pasión pero, en ningún caso, por el misterio, constante, del amor”.